Detrás del jazz se pueden encontrar grandes ejemplos de solidaridad con las causas a favor de los derechos humanos, en contra de los abusos. Este año 2025, se estrenó el documental Banda sonora para un golpe de estado, dirigido por Johan Grimonprez (1962, Belgica). La historia narra un hecho real acontecido en el Consejo de Seguridad de la ONU, en 1961. Los músicos norteamericanos Abbey Lincoln y Max Roach irrumpen en una sesión del Consejo de Seguridad para reclamar el asesinato de Patrice Lumumba, Presidente de la República del Congo. En este documental el director también expone la forma en la cual Louis Armstrong es utilizado días después por el nuevo gobierno congales para disimular el “compromiso” con la raza africana en Estados Unidos. En el documental se muestra el enfado de Armstrong por ser engañado para un acontecimiento contrario a su ideología. La trama política de esta historia se puede ver por Filmin.
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Corea entró al jazz como un cirujano entra a un cuerpo extraño: cortando, extrayendo, injertando vida eléctrica en arterias acústicas. Empezó como un niño —cuatro años— y ya entonces el destino le había cargado los dedos con metralla melódica. Stitt, Mongo, Getz, Miles. Todos le abrieron la puerta al templo, y él se metió con cables bajo el brazo. Con Miles lo vimos mutar: teclados eléctricos, loops mentales, pulsos que sangraban en Bitches Brew. El jazz se deformó. Agradecido.
Return to Forever no fue una banda. Fue un estallido nuclear en cámara lenta: Clarke, White, Di Meola, Corea canalizando los mensajes de otro plano, riffs que parecían diagramas de sueños violentos. Compuso cuartetos de cuerda, tocó con Paco de Lucía, resucitó espíritus en el Blue Note a los 75. Murió en 2021. Pero no murió. Se desconectó de esta frecuencia. Sigue transmitiendo. Escúchalo.
En el ambiente del diseño gráfico el trabajo de Reid Miles ( 1927-1993, Estados Unidos), goza de un gran reconocimiento. Pero, es necesario decirlo; hasta hace poco se ha hecho justicia en considerar el diseño para las portadas de la compañía discográfica Blue Note, para la cual trabajó de 1955 a 1967. Durante estos años, Reid diseño más de quinientas portadas en plena libertad artística. El estilo de Reid es contundente en la composición.
Los diseños de portada de este gran diseñador que colaboró junto a Andy Warhol en algunos proyectos, se distinguen por el uso de tipografías sans serif y de carácter racionalista. Esa generación de diseñadores tuvo una cierta influencia en la plasticidad llevada al diseño de Paul Rand. Después de haber colaborado en proyectos como la revista Esquir, (famosa igualmente por la portadas diseñadas por el célebre George Lois), es notable como Reid empodera a la tipografía para convertirla en el sujeto visual y desde ahí construir el atractivo moderno de su trabajo. El estilo de Reid tiene indudablemente una atmosfera del estilo racionalista europeo.
La primer portada que se le atribuye a Reid es para el disco Introducing Kenny Burrell, producido en 1956. Con este disco el guitarrista Burrel aparece en la escena jazzística. La fotografía es de Francis Wolff, uno de los dos fundadores del sello discográfico Blue Note. Reid utilizó para el título de este álbum una contundente tipografía de base egipcia que recorta perfecto sobre la imagen. Reid no estuvo interesado en el jazz, sus gustos musicales tenían como preferencia la música clásica. En los próximos números hablaremos del legado de este gran artista gráfico que hoy es tema de estudio. El oficio del diseño gráfico es un banquete exquisito en la obra de Reid Miles.
Germán Montalvo
Miles Jazz Club nace para que los amantes del jazz, los músicos y quienes gustan de este género musical, tengan un espacio en donde se puedan compartir artículos, música e información que permita preservar al jazz y lo que significa para quienes disfrutamos de este gran movimiento musical.”
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