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La dolce vita: La decadencia en la virtud

En 1960, el director Federico Fellini presentó al mundo una película que no solo se convirtió en un pilar del cine italiano, sino que también dejó una huella imborrable en la historia del séptimo arte: La dolce vita. Este film, protagonizado por Marcello Mastroianni, Anita Ekberg y Anouk Aimée, marcó un punto de inflexión en la carrera de Fellini, alejándose de sus raíces neorrealistas para adentrarse en un estilo más simbolista y personal.

La dolce vita (1960) - Filmaffinity

La dolce vita fue aclamada desde su estreno, siendo galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes en 1960. Además, obtuvo un Óscar al mejor diseño de vestuario, creado por el talentoso Piero Gherardi, y fue nominada a otros tres premios de la Academia, incluyendo mejor dirección y mejor guion original. Su éxito no fue solo artístico; la película también generó controversia y fue prohibida en varios países, incluido España, donde no se estrenó hasta 1980.

La película se distingue por su estructura poco convencional, narrando una serie de episodios en la vida del periodista Marcello Rubini, interpretado por Mastroianni, mientras recorre las noches y mañanas de la Via Veneto en Roma. Este enfoque permite a Fellini explorar temas profundos y variados a través de los encuentros y experiencias de Marcello.

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Prologo

El prólogo del film es icónico: un helicóptero transporta una estatua de Jesucristo sobre los acueductos romanos, seguido por otro helicóptero que lleva a Marcello. Esta imagen simboliza el choque entre lo sagrado y lo profano, un tema recurrente a lo largo de la película. Marcello, en su búsqueda de historias sensacionalistas, se encuentra con diversas figuras de la alta sociedad romana, como Maddalena, una rica heredera con quien tiene un encuentro apasionado en un apartamento de prostituta.

Uno de los momentos más recordados es la famosa escena en la Fontana di Trevi, donde Sylvia, interpretada por Anita Ekberg, se sumerge en sus aguas, atrayendo a Marcello. Esta secuencia encapsula el hedonismo y la belleza efímera que caracterizan la película. Sin embargo, la realidad siempre se impone, y la relación de Marcello con Sylvia es interrumpida abruptamente por el prometido de ella, recordando al protagonista la futilidad de su búsqueda de placer.

La dolce vita (1960) | MUBI

A lo largo de la película, Marcello se enfrenta a situaciones que reflejan la decadencia y el vacío moral de la sociedad que lo rodea. Desde la farsa de una supuesta aparición de la Virgen hasta las desoladoras reuniones con su amigo intelectual Steiner, quien termina en una tragedia, cada episodio revela un aspecto de la crisis existencial que vive el personaje principal.

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Epílogo

En el epílogo, La dolce vita presenta una imagen potente: una criatura marina gigantesca varada en la playa, que Marcello compara con el Leviatán. Esta metáfora subraya el sentimiento de desolación y la pérdida de rumbo del protagonista. Finalmente, un encuentro con Paola, una joven camarera que había conocido anteriormente, ofrece un atisbo de esperanza. Sin embargo, Marcello es incapaz de escucharla, simbolizando su desconexión total del mundo y de sí mismo.

La dolce vita – JOSÉ TATO

La dolce vita no solo desafió las normas cinematográficas de su tiempo, sino que también planteó preguntas profundas sobre la naturaleza del éxito, la búsqueda de sentido y la moralidad en una sociedad cada vez más superficial. A más de seis décadas de su estreno, la película de Fellini sigue siendo una obra maestra, celebrada por su audacia artística y su poderosa narrativa.

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