60 años de “Con M de muerte”: Una obra de Hitchcock injustamente opacada
En 1954, Alfred Hitchcock estrenó Dial M for Murder (Con M de muerte), una película poco conocida en su vasto catálogo. Inspirada en la obra teatral homónima de Frederick Knott, la película explora temas de traición, manipulación y justicia a través de un plan de asesinato intrincado que, a pesar de su minuciosa planificación, se desploma por un giro inesperado.
La historia sigue a Tony Wendice (interpretado por Ray Milland), un extenista inglés que trama el asesinato de su esposa, Margot (Grace Kelly), tras descubrir su infidelidad y, sobre todo, motivado por el deseo de heredar su fortuna. Wendice, calculador y astuto, recurre a Charles Swann, un excompañero universitario con un historial criminal, para ejecutar el crimen. A cambio de una generosa suma de dinero, Swann acepta asesinar a Margot en el momento exacto en que ella conteste una llamada telefónica. La ejecución del plan, sin embargo, toma un giro inesperado: en defensa propia, Margot mata a Swann, desbaratando así el cuidadoso esquema de Tony.
Lejos de sentirse derrotado, Tony aprovecha la oportunidad para manipular la escena del crimen, buscando incriminar a su esposa. Manipula la evidencia y aprovecha las inconsistencias en el testimonio de Margot para hacerla parecer culpable de asesinato. Su meticuloso esfuerzo logra engañar a todos, incluyendo al inspector jefe Hubbard, quien arresta a Margot y la sentencia a la pena de muerte.
El final de la trama es tan impactante como inesperado. Cuando el escritor Mark Halliday (Robert Cummings), amante de Margot, presiona a Tony con una teoría que revela su responsabilidad en el crimen, Hubbard decide investigar más a fondo. El inspector organiza una elaborada trampa para desenmascarar a Tony, descubriendo que había manipulado las llaves de la puerta, un detalle fundamental para desbaratar el misterio y probar la inocencia de Margot. En una escena final, Tony se ve atrapado sin salida y acepta su destino con una calma casi irónica, resignado ante el ingenio de Hubbard.
Dial M for Murder es una cumbre en el cine de misterio y una muestra magistral del suspenso psicológico que caracterizó a Hitchcock. La obra se distingue tanto por su tensión emocional como por el simbolismo detrás de sus personajes. En ella, Tony Wendice representa la corrupción de la moralidad y el poder del engaño; su calculadora naturaleza contrasta con la inocencia de Margot, simbolizando la lucha entre el mal y la justicia. La presencia de Grace Kelly en el papel de Margot añade una dimensión de elegancia y vulnerabilidad a su personaje, estableciéndola como uno de los íconos del cine clásico.
En la actualidad, Con M de muerte se mantiene en el AFI’s Top 10 de las mejores películas de misterio, recordando cómo la innovación de Hitchcock en la narrativa y puesta en escena continúa influyendo en generaciones de cineastas. Con un guion fiel a la obra de Knott, la película se centra en un único escenario, intensificando la tensión claustrofóbica. Este enfoque minimalista resalta el estilo distintivo de Hitchcock, quien demuestra que el suspenso no necesita grandes escenarios o efectos especiales, sino una trama inteligente y personajes que, con cada acción, revelan sus verdaderas intenciones.
A 60 años de su estreno, Dial M for Murder sigue siendo una joya cinematográfica, reafirmando el talento de Hitchcock para explorar los rincones oscuros de la naturaleza humana y manteniendo su relevancia como un clásico atemporal en el cine de misterio.