Beyond the Blue Por José Agustín Ortiz

Coming Of Age

Un libro que suena.

Y cuya melodía no nos abandona al cerrarlo.

Coming of age del joven judío Lawrence Breavman donde se nos muestra la dolorosa euforia de vivir el insomnio del amor, desde la universidad y éxito literario hasta su migración a New York y los brazos de la enigmática y encantadora Shell, uno lo lee maravillado no sólo por su lenguaje exquisito tan cercano a la poesía o esas revelaciones cercanas a la filosofía sobre el corazón y su crueldad, sino también cómo una semilla, una especie de llamado a las armas de lo que vendría después.

De esas tonadas que continúan.

Y justo fue esa semilla la que alumbró al considerado primer álbum tributo moderno: I´m your fan: the songs of Leonard Cohen. Producto de la revista francesa Les Inrockuptibles con producción del formidable Hal Willner, aquí los alumnos se reúnen, con cariño, a rendir tributo al maestro: Los indie Pixies convierten el I can´t forget en una rabia eufórica, Ian McCulloch deja su vozarrón y corazón Hey, that’s no way to say goodbye mientras el eterno i could have been a contender Lloyd Cole suspira sobre el legendario Chelsea Hotel mientras Nick Cave y sus malas semillas desmontan con desparpajo, entropía y harto alcohol esa cumbre (y favorita de Cohen) oda al arte de componer Tower of song con el francés Jean Louis Murat tomando Avalanche, quizá la canción más lacerante dentro del repertorio, para hacerla suya y no devolvérsela jamás a su escritor.

Y en medio de ellas está un Hallelujah que en piano y voz de John Cale enuncia cada palabra y nota cómo si la vida se le fuera en ello (y que serviría cómo templete de lo que posteriormente haría Jeff Buckley en su insuperable versión).

Cohen la creó, correcto.

Pero Cale la entendió mejor.

La leyó mejor.

Nunca olvidando al escritor.

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