Chet Baker Sings: El debut que marcó un antes y un después en el jazz
En 1954, el mundo del jazz recibió un álbum que se convertiría en un hito dentro del género: Chet Baker Sings, el debut vocal del trompetista estadounidense Chet Baker. Publicado por Pacific Jazz Records, este disco no solo mostró el talento instrumental de Baker, sino también su voz suave y seductora, que pronto lo colocó en una liga aparte dentro del movimiento cool jazz de la Costa Oeste.
A lo largo de su carrera, Baker regresaría en múltiples ocasiones a las canciones de este álbum, consolidando temas como “My Funny Valentine” como piezas clave en su repertorio. De hecho, esta última se transformó en una de sus interpretaciones más emblemáticas, siendo recurrente en sus presentaciones en vivo y un sello distintivo de su estilo melancólico y apasionado.
Aunque la selección de canciones ha sido criticada en algunos casos, el álbum es generalmente reconocido como una obra maestra. Críticos como Stewart Mason de AllMusic lo describen como un clásico del cool jazz, destacando su atemporalidad y la profunda conexión emocional que logra con el oyente. El portal Sputnikmusic fue incluso más allá, calificándolo con cinco estrellas y elogiando la energía positiva y seductora de la música, afirmando que Baker y su banda crearon una obra maestra que seguiría siendo relevante por décadas.
El legado de Chet Baker Sings ha trascendido el tiempo. Fue incluido en las listas de “500 CD que debes tener antes de morir” de la revista Blender y en el puesto #415 de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos según NME. Con su interpretación vocal íntima y su inconfundible toque en la trompeta, este álbum sigue siendo una referencia fundamental en la historia del jazz.