Benny Goodman: el clarinetista que rompió barreras sociales
Benny Goodman, nacido el 30 de mayo de 1909 en Chicago, y era el “Rey del Swing”. Su influencia no solo transformó el jazz en un fenómeno masivo, sino que también le pinto dedo a los good hombres al unir a músicos de diferentes orígenes en un mismo escenario.
Hijo de inmigrantes judíos de Polonia, Goodman creció en un entorno humilde en el barrio de Maxwell Street. Desde muy joven mostró un talento excepcional para el clarinete, debutando profesionalmente a los 12 años. Su pasión por la música lo llevó a abandonar la escuela a los 14 para dedicarse por completo al jazz.
El ascenso de una leyenda
En la década de 1930, Goodman consolidó su lugar en la industria musical. Su participación en programas de radio como Let’s Dance y su histórica actuación en el Palomar Ballroom en Los Ángeles en 1935 son consideradas el inicio de la era del swing. Canciones como Sing, Sing, Sing y Moon Glow lo hicieron realmente popular, mientras lideraba una orquesta que marcaba tendencia en los salones de baile.
Su éxito alcanzó un punto culminante en 1938 con un concierto en el Carnegie Hall, un evento histórico que no solo consolidó el jazz como una forma de arte respetada, sino que también destacó la diversidad en su banda, que incluía talentos como Gene Krupa y Harry James.
Rompiendo barreras raciales
Uno de los logros más notables de Goodman fue su colaboración con Lionel Hampton y Teddy Wilson, rompiendo el tabú de las bandas interraciales. Y es que Goodman era el rostro de la big band, y a parte era más blanco que el cielo. Pese a sus origenes humildes, no daba la pinta de ser un goodfella de Chicago, sino que, parecía más de Baltimore. Sin embargo, este gesto lo catapultó aún más, y de paso lo dejaron como un “héroe social” por hacer algo que debía ser completamente normal…llevarse bien con los de su raza. Si, su raza, y digo su raza para establecer que, la raza no existe, existe la pigmentación en la piel, pero ¿La raza? Los perros tienen razas.
Del Jazz y la música de conservatorio… o sea, el Jazz
Además de su contribución al swing, Goodman exploró la música clásica, trabajando con compositores como Aaron Copland y Béla Bartók, quienes crearon obras especialmente para él. Su interpretación del Concierto para Clarinete de Mozart sigue siendo un referente para todos los clarinetistas.
Benny Goodman falleció en Nueva York el 13 de junio de 1986. Su historia, inmortalizada en la película The Benny Goodman Story (1955), es un recordatorio de cómo a veces (y solo a veces) la búsqueda de la nota fácil y el escandalo, pueden derribar barreras sociales.