
Chico Hamilton: Una vida larga, una vida masomenos buena
Chico dejó este mundo el 25 de Noviembre de 2013, a los 92 años de edad, dejando detrás toda una vida dedicada al jazz, al cine, y a la ondas sonoras que golpean en las costillas. Hamilton, no solo dejó su marca en el vinilo, también la dejó en el celuloide, al sonorizar algunas películas, que hoy en día son clásicos de culto.
Hamilton desde muy joven comenzó a construir una red de contactos prometedora, solo que él no lo sabía, ya que fue en secundaria cuando conocería al contra más conflictuado con sus orígenes multiculturales, Charles Mingus, y al trompetista, hermano menor de Marshall Royal, Ernie Royal.
En 1940, Chico, pegaría su primer salto importante al unirse a la banda de Lionel Hampton, quien posiblmenete haya sido el músico más importante de la decada de los 30. Sería con él que dejaría su pequeño departamento de California para recorrer todo Estados Unidos, un logro importante para un chico negro de clase media. Fue en esta época cuando conocería a Prez, intimo de Billie Holiday, y uno de los saxos tenores más grandes que el jazz ha tenido, reconocido también por ser una de las más grandes influencias de Charlie “Bird” Parker, hablamos, de Lester Young. Uno de sus más grandes maestros que lo ayudaría a encontrar su propia voz, o en este caso, sus propios golpes.
Su carrera tomaría una pausa importante cuando el villano de todas las películas, el mismo Estados Unidos, lo obligaría a servir en el ejercito durante la Segunda Guerra Mundial. Chico sobreviviría a los intentos del ejercito estadounidense por usarlo como carne de cañón, de la misma forma que lo hacía con todos los jóvenes afroamericanos de la época.
En el 46 regresaría, pero para ese entonces, las big bands comenzaban a decaer. Aun así trabajo para Jimmy Mundy y para Count Basie, y por lo menos tenía lo suficiente para pagar el alquiler. Sin embargo, fue gracias a la cantante, Lena Horne, con quien colaboró entre 1948 y 1955, que ganaría fama y prestigio mundial. Fue ahí donde se juntaría con Gerry Mulligan, y Bob Whitlock, para formar a lado del gran Chet Baker, uno de los de cuartetos más importantes de la nueva ola cool.
En el 55 llegó su etapa más vanguardista y experimental al formar un quinteto que combinaba el jazz con la música de cámara renacentista. Se juntaría con el viento Paul Horn, el guitarro Jim Hall, y el chelista Nathan Gershman, teniendo un gran éxito en los clubes pedantes y pretenciosos. Fueron tan populares que incluso aparecieron en la película de 1957, dirigida por el escocés Alexander Mackendrick, “Chantaje en Broadway”. Más tarde el quinteto agrería a Eric Dolphy y Ron Carter, a su formación, aunque solo por un corto periodo de tiempo.
Hamilton se enamoró del cine gracias a Chantaje en Broadway, y quería que su contribución fuese aun más significativa que un simple cameo. Fue por eso que en 1965, aceptaría componer la banda sonora de “Repulsión”, una película de terror dirigida por el infame, Roman Polanski.
Pese a su éxito, Chico jamás se alejó de los pequeños clubes, lugares que lo vieron crecer como músico y como leyenda. Chico Hamilton es la prueba de que para ser un gran músico, hace falta, ser amigo de todos.