
Discos, listas y la crisis de los 40
Desde su publicación en 1995, Alta Fidelidad (Ed. Anagrama) de Nick Hornby no ha visto más que crecer su culto e importancia, cómo una contraseña de melómano a melómano acompañada de un “este libro me entiende”, coronándose cómo quizá la mejor novela rock de todos los tiempos.
Con humor, arrepentimiento y melomanía en partes iguales, lo que aquí nos narra Hornby es la madurez y resignación del muy melómano Rob Fleming: dueño de una tienda de discos a la que cada día ve acercarse más al cierre, su vida transcurre discutiendo sobre música con sus igual de clavados empleados hasta que un día su novia de toda la vida lo deja por considerarlo alguien estancado (o eso dice). Obsesionado con enlistar sus pasiones, Rob decide que buscará reencontrarse con su top 5 de rupturas amorosas al mismo tiempo que busca cómo salvar su tienda, sin saber que justamente el enfrentarse a su pasado y sus obsesiones sea quizá lo que le haga falta para asumirse cómo un adulto hecho y derecho.
Llena de humor, ironía y recomendaciones musicales, pocas son las novelas que nos (re)suenan al terminarse cómo esta lo hace.
¿Qué escuchar?
Y supo este libro dar paso a una gran adaptación de 1997 protagonizada por John Cusack y Jack Black, contando con una banda sonora a la altura donde artistas de culto cómo el caído en desgracia Roky Erickson y los infravaluados The Beta Band (Que merecían ser más grandes que Radiohead y musicalizan la mejor escena de la película con su impagable Dry the rain) conviven con Stevie Wonder y The Kinks en uno de esos soundtracks perfectos donde la música no acompaña a la historia, es la historia.