Jazz Clásico

El eco azul de Tina Brooks

En un rincón del Bronx, donde las cornetas nocturnas tropiezan con el vapor de los trenes elevados y el jazz se cuela como un espectro por las ventanas abiertas, vivía un muchacho flaco y pequeño, al que todos llamaban Tina. No por un nombre de mujer, como muchos suponían, sino por una torpe abreviatura infantil de “Tiny”. Así era Harold Floyd Brooks, nacido en Carolina del Norte en 1932, gemelo de Harry, el menor de ocho hermanos, pero en realidad, único.

Essential Classics, Vol. 609: Tina Brooks - Tina Brooks | Deezer

Tina no fue un saxofonista. Fue un susurro. Un soplo melódico que pasó demasiado rápido por la historia, como una melodía que apenas empieza a tomar forma y ya se desvanece. Aprendió con su hermano mayor, Bubba, que tocaba R&B con Sonny Thompson. Tina lo sustituyó alguna vez, como quien entra a una casa ajena y, al mirar el piano, se sienta sin hacer ruido, por si acaso le permiten tocar una sola canción.

Pero Tina no quería estar en ninguna casa ajena. Buscaba el espacio que pudiera llamar suyo. Y en los clubes latinos del Bronx, con la noche como aliada, fue inventando su voz. No como protesta, ni como acto de vanidad, sino como necesidad.

Conoció a Little Benny Harris y a Elmo Hope, quienes le abrieron las puertas del jazz moderno. Imagino la escena como una novela breve de la vida: un joven saxofonista, algo encorvado, en un club lleno de humo, absorbiendo las ideas como si fueran partículas en suspensión. Lo demás fue evolución.

Tina Brooks - Everything Jazz Store

Blue Note llegó como una puerta entreabierta. Alfred Lion lo escuchó y entendió lo esencial: Tina tenía una voz distinta. No imitaba, no buscaba sonar como nadie. En febrero del 58 tocó con Jimmy Smith en tres improvisaciones que se grabaron como si fueran cartas que jamás se enviarían, pero que algún día alguien encontraría.

En junio de 1960, compuso Open Sesame para el debut de Freddie Hubbard. Y una semana después grabó True Blue, un disco que parecía su declaración de principios, aunque pocos lo supieron. Luego vino Back to the Tracks, que quedó inédito, como una película que nunca se proyecta, pero que uno siente que existe en algún lugar.

Who produced “Street Singer” by Tina Brooks?

Tina tocó también en The Connection, una obra de teatro donde sustituyó a Jackie McLean. Tocaba, literalmente, para representar el papel de un músico. Pero él no actuaba. Él era la música.

Después, la niebla. Dejó de grabar. Volvió a los bares pequeños del Bronx, donde el jazz no era historia ni mercancía, sino supervivencia. Tocaba con Elmo Hope, con Don Pullen, con gente que entendía lo que no se podía explicar. Su salud se apagó lentamente, como una bombilla que titila una última vez antes de morir. En 1974, a los 42 años, Tina Brooks desapareció, sin escándalo, sin homenaje, como un rastro de humo en un callejón mojado.

A veces, en noches silenciosas, uno pone True Blue y se pregunta cómo es posible que algo tan bello haya quedado casi en el olvido. Y entonces uno recuerda que, en el jazz como en la vida, hay voces que no gritan, pero siguen resonando mucho después de que la canción ha terminado.

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *