
Fats Waller: Un pianista bonachón
Thomas Wright Waller nació en Harlem en 1904. Su padre era pastor bautista. Su madre tocaba el órgano en la iglesia. Aprendió pronto a mover los dedos sobre las teclas. Aprendió el ritmo de los espirituales y la paciencia de los domingos largos. Tenía un cuerpo grande y una sonrisa fácil. Tenía manos que podían hacer reír o llorar un piano.
En 1918 probó un trabajo en la empresa de su padre. No duró. Sabía que su vida era la música. Tocó en el Lincoln Theatre. Acompañó cantantes. Puso sonido a películas mudas. En 1922 grabó sus primeros solos de piano. Tocó con Alberta Hunter y otros. En 1923 ya tenía su propio grupo: Fats Waller and his Buddies. Fletcher Henderson lo llamó para tocar órgano y piano en su big band.
A fines de los veinte grabó “Handful of Keys” y “Ain’t Misbehavin’”. El stride piano era su campo de batalla: la mano izquierda saltaba fuerte, la derecha dibujaba melodías rápidas. Era música de Harlem, música que venía del ragtime pero con más músculo. Junto a James P. Johnson y Art Tatum llevó el estilo a la cima.
En 1929 dirigió una gran orquesta con Henry Allen, Jack Teagarden y Pops Foster. En 1932 viajó a Londres y París. Regresó y formó Fats Waller and His Rhythm. Entre 1934 y 1943 grabaron piezas que hoy son parte de la historia: “Lulu’s Back in Town”, “Honeysuckle Rose”, “I Ain’t Got Nobody”. En 1935 tocó en Europa, sobre todo en Escandinavia. En 1939 grabó en Londres la London Suite al órgano.
En Estados Unidos giró sin descanso. En Chicago lo escucharon más de cien mil personas. En 1941 grabó una versión brillante de “Georgia on My Mind”. En 1943 apareció en la película Stormy Weather, tocando y sonriendo como siempre. Fue su adiós al cine y casi a la vida. Ese diciembre, enfermo y cansado, tomó un tren a Nueva York. Murió de neumonía en Kansas City. Tenía 39 años.
Su obra fue grande. Compuso “Alligator Crawl”, “Lenox Avenue Blues”, “Black and Blue” y muchas más. Siempre tuvo buen humor. Siempre swing. Era un hombre que hacía bailar al piano, que podía hacer ligera la música pesada y profunda la música ligera.
Fats Waller no vivió para ver cómo el stride quedaba fuera de moda. No le importó. Tocó para su tiempo. Tocó para el público que reía, cantaba y bebía mientras él tocaba. Tocó para los músicos que vinieron después. Ellos lo recuerdan. El piano también.