Sugar Chile Robinson: El niño prodigio de Detroit
Parafraseando lo que alguna vez dijo un músico muy talentoso “El músico se nace, no se hace”, y Sugar Chile Robinson es el ejemplo perfecto de ello. Siendo el menor de 7 hermanos, Sugar siendo tan solo un niño demostró ser un genio musical sin precedentes. Caracterizándose como músico de jazz y blues, el pequeño autodidacta mostraba tal habilidad al crear música que incluso alardeaba con sus oyentes al tocar el piano con los codos y los puños.
El protegido de Lionel Hampton
Nació en Detroit, Michigan, a los tres años, Sugar ganó un concurso de talentos en el Paradise Theatre de Detroit, marcando el inicio de una carrera meteórica. En 1945, actuó como invitado en el teatro junto a Lionel Hampton, y aunque la legislación de protección infantil impidió que lo llevaran de gira, su presencia en la radio y en la película de Hollywood “No Leave, No Love” le dio reconocimiento.
Tocó para el presidente Truman, a sus 8 años
Uno de los momentos destacados de su carrera temprana fue en 1946, cuando actuó para el presidente Harry S. Truman en la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. Durante su interpretación de “Caldonia”, gritó la famosa frase “¿Cómo estoy, señor presidente?”, convirtiéndose en su eslogan. Este evento lo hizo el primer artista afroamericano en presentarse en la cena anual de la WHCA.
Robinson continuó su ascenso, realizando giras por teatros importantes y estableciendo récords de taquilla en Detroit y California. En 1949, obtuvo un permiso especial para unirse a la Federación Estadounidense de Músicos y grabar sus primeros lanzamientos en Capitol Records, logrando éxitos en las listas Billboard R&B con “Numbers Boogie” y “Caldonia”. Sin embargo, en 1952, decidió dejar de grabar para perseguir su deseo de obtener una educación formal.
Sin embargo, la música no era todo para él
Su decisión de abandonar la música temporalmente no fue en vano. Sugar Chile Robinson se sumergió en sus estudios, obteniendo una licenciatura en historia del Olivet College y otra en psicología del Instituto Tecnológico de Detroit. A pesar de su retiro de la escena musical, continuó haciendo apariciones ocasionales como músico de jazz hasta 1956, anunciado como Frank Robinson. Durante la década de 1960, trabajó para WGPR-TV y contribuyó a la creación de pequeños sellos discográficos en Detroit, además de abrir un estudio de grabación.
En años recientes, Sugar Chile Robinson ha hecho apariciones esporádicas como músico con el apoyo de la American Music Research Foundation. En 2002, participó en un concierto especial que celebraba la música de Detroit, y en 2007 viajó a Gran Bretaña para presentarse en un festival de rock and roll de fin de semana. En 2016, fue incluido en el Salón de la Fama de la Música Rhythm & Blues.
Vivió en carne propia la pobreza
Sin embargo, la vida de Robinson no estuvo exenta de desafíos. En 2013, perdió sus pertenencias en un incendio, enfrentándose a dificultades financieras. La Music Maker Relief Foundation intervino, proporcionándole una cama y apoyándolo mensualmente. La generosidad de Buddy Smith, un amigo inspirado por Robinson en la década de 1940, también se hizo evidente cuando le envió un piano.
A pesar de las adversidades, Sugar Chile Robinson persiste como un ícono musical. En 2016, asistió a la cena de corresponsales de la Casa Blanca en el 70.º aniversario de su aparición en la cena de 1946. Su legado perdura, y su canción de 1955, “Go Boy Go”, volvió a destacarse al aparecer en un anuncio de GMC en 2020.
La vida de Sugar Chile Robinson es un testimonio de talento precoz, dedicación a la educación y resiliencia ante las vicisitudes. A sus 83 años, su impacto en la música y su capacidad para superar desafíos continúan inspirando a nuevas generaciones. Robinson demuestra que el milagro del talento, combinado con la perseverancia y la educación, puede dejar una marca indeleble en la historia musical.