Eventos

E  D  I  T  O  R  I  A  L

La llama y mi música 

Lo primero que recuerdo de mi infancia fue una llama, una llama azul que saltó de una estufa encendida, no sé quién la encendió. Quizás fui yo, mientras jugaba con ella. No lo recuerdo. Sin embargo, recuerdo el impacto del siseo de esa llama azul que saltaba del quemador, de su repentina aparición. Esto es lo último que recuerdo; todo lo anterior es solo niebla, misterio. Pero la llama de esa estufa es tan clara como la música en mi mente. Tenía tres años.  

Miles Davis, con Quincy Troupe. 

Miles. La autobiografía. 

Jazz Clásico

Jazz contemporáneo

Para leer … escuchando jazz

    15 noviembre, 2025

    La rebelión de la naturaleza en Frankenstein

    Cuando Mary Shelley escribió Frankenstein; o, el moderno Prometeo, tenía apenas dieciocho años y el mundo atravesaba una fiebre de…
    15 octubre, 2025

    Krasznahorkai: apocalipsis, belleza y obsesión en la prosa europea

    Gyula. Hungría. 1954. Cerca de Rumania, fronteras húmedas, historia de invasiones y padres sobrevivientes al horror nazi. Allí nació László…
    14 septiembre, 2025

    Franny y Zooey: anatomía de un derrumbe en la sala de estar

    J. D. Salinger abre otra de sus cajas chinas en 1961. Franny y Zooey: dos piezas sueltas, dos latidos narrativos…

    Películas y Series

      15 noviembre, 2025

      La tragicomedia de Sean Baker que desmonta el mito de la prostituta redentora

      Hay películas que parecen surgir de los márgenes, donde el cine todavía respira, lejos de la industria que uniforma los…
      15 octubre, 2025

      El Padrino: crimen, familia y maquinaria de sueños en Nueva York y Sicilia

      Nueva York, 1972. Hay una ciudad que respira humo, acero y avenidas como arterias abiertas, donde los cuerpos de los…
      14 septiembre, 2025

      La vida de los otros: la sonata para un hombre bueno

      En 2006, el director alemán Florian Henckel von Donnersmarck estrenó La vida de los otros, una película que pronto alcanzó…
      15 agosto, 2025

      La familia Fabelman y el viaje de Spielberg hacia sí mismo

      Hay películas que se sienten como si te hubieran contado un secreto en confianza, y Los Fabelman es justo eso:…
      15 julio, 2025

      Los que habitan el silencio: “Párpados Azules”

      A veces, las películas no dicen nada, y sin embargo lo dicen todo. Así es Párpados Azules, la ópera prima…
      15 junio, 2025

      La habitación de al lado: Almodóvar y la ternura del abismo

      Por momentos, mirar una película de Pedro Almodóvar es como asomarse a un precipicio de terciopelo: uno siente la caída,…

      Beyond the Blue Por Agustín Ortiz

      The Beatles

      Foto de: Francis Wolff

      El jazz no solo se escucha; también se observa. En los años en que Blue Note Records transformaba el género en Nueva York, un hombre detrás de la cámara construía una memoria paralela: Francis Wolff, refugiado alemán, socio de Alfred Lion y testigo de los grandes nombres del siglo XX.

      Wolff llegó a Estados Unidos en 1939, huyendo del régimen nazi. Se unió a Lion, su amigo de infancia, y juntos crearon el sello más influyente del jazz moderno. Al principio, Wolff se ocupaba de la administración. Pero pronto tomó una Leica y empezó a documentar lo que ocurría en los estudios de grabación, primero en una modesta casa en Hackensack. Su discreción lo volvía invisible. Capturó a John Coltrane, Art Blakey, Herbie Hancock, Ron Carter, en los intervalos entre la creación y el silencio.

      Sus fotografías son directas, sin ornamento. Rostros tensos, dedos gastados, humo suspendido. No hay poses ni artificios. Wolff trabajaba con un flash lateral que aislaba a los músicos contra un fondo negro, creando una tensión constante entre soledad y comunión. En cada imagen late la misma dualidad que define al jazz: el impulso individual frente al diálogo colectivo.

      Con la llegada del LP de 12 pulgadas, las imágenes de Wolff se integraron a las portadas de Blue Note, junto con el diseño de Reid Miles, estableciendo una estética visual que marcó época. Entre 1941 y 1965 tomó miles de fotos, hoy parte de la colección del Smithsonian National Museum of American History.

      En su silencio metódico, Francis Wolff dio forma visual a un sonido que jamás se repite igual. Su obra es testimonio de un momento en que la música y la mirada compartían el mismo compás.

      Jazz y Diseño

      Vintage poster – Jazz Festival Willisau – Galerie 1 2 3

      Zoomorjazz 

      Se les dice imágenes antropomorfas, es decir que están construidas entre objetos y partes humanas y cuando hay soluciones entre lo humano y lo animal adquieren el mote de antrozoomorfas, con esos recursos Niklaus Troxler, figura destacada del diseño universal ha construido varios de los carteles para el Jazz Festival Willisau de Suiza. Diseñador gráfico y uno de los grandes promotores del jazz, Troxler dirigió varios años ese festival. De su libro Jazz Blvd. Niklaus Troxler Poster, editado por Lars Müller Publishers, tomamos esta imagen feroz que ilumina visualmente lo que define al jazz: improvisación pura sonoridad cromática. Germán Montalvo 

       

      Lo mejor del JAZZ por Víctor Bernal

        15 noviembre, 2025

        Robert Glasper – “Afro Blue (feat. Erykah Badu)”

        Glasper agarra un clásico y lo desarma como si fuera arquitecto brutalista. Erykah Badu entra con esa voz que parece…
        15 noviembre, 2025

        Esperanza Spalding – “Good Lava”

        Spalding no toca el bajo, lo posee. “Good Lava” es una bofetada con groove: progresiva, extraña, brillante. Suena como si…
        15 octubre, 2025

        “Celestial Blues” – Gary Bartz Ntu Troop (1971)

        ¿Quieres saber cómo suena el universo? Escucha esto. Bartz convierte el jazz en un viaje espiritual con groove psicodélico. La…
        15 octubre, 2025

        “Little Sunflower” – Freddie Hubbard (1967)

        Tranquila al principio, pero luego el trompetista decide incendiarlo todo. La melodía es tan adictiva que podrías tararearla borracho a…
        14 septiembre, 2025

        Black Orpheus – Wayne Shorter

        Black Orpheus de Wayne Shorter es como una cita incómodamente sexy: empieza suave, casi tímido, y de repente te das…
        14 septiembre, 2025

        Summertime – George Gershwin

        “Summertime” de George Gershwin es la clase de canción que te acaricia y te estrangula al mismo tiempo —suena como…

        Video

        Reseña

        Miércoles 3 de septiembre en Sibarita, el aire olía a vino y mesa de madera. Abel Quiroz dejó caer las primeras notas de “Blue Monk”, cada acorde pesado como una máquina oxidada encendiéndose. Aurelio Contreras sostuvo el pulso en el contrabajo, líneas profundas que parecían salir de un sótano inundado, mientras Lorenzo Luna soplaba el saxofón como si quisiera abrir un agujero en la pared.

        El público, eran un montón de sombras repartidas, mirando en silencio, atrapado en el vaivén de esa música que parecía deslizarse por debajo de las mesas. Siguió “Darn That Dream”, sueño roto, casi un espejismo, el piano flotando como humo espeso.

        Cerraron con “All the Things You Are”, pero no sonaba como un cierre, sino como un portal abierto: saxofón desgarrado, contrabajo golpeando el piso, piano insistente. Jazz vivo, inquieto, respirando aunque nadie lo controle. Un exorcismo breve, eléctrico, necesario.

        ¡Aquí se vive el JAZZ!

        Acerca de

        Miles Jazz Club nace para que los amantes del jazz, los músicos y quienes gustan de este género musical, tengan un espacio en donde se puedan compartir artículos, música e información que permita preservar al jazz y lo que significa para quienes disfrutamos de este gran movimiento musical.”

        Es por esto que nace la idea de hacer este club sin fines de lucro y al alcance de todo aquel que quiera integrarse a éste, para fomentar el compañerismo entre los artistas del jazz y que el público en general, pueda formar parte de este proyecto.

        Bienvenidos todos al Miles Jazz Club.