La Neza y Metheny
El sonido del jazz que llegó al sur de la ciudad de México se instaló desde mediados de los años setenta en la prestigiosa Sala Nezahualcoyotl, del Centro Cultural Universitario de la UNAM. Ahí mismo se consagra el Espacio Escultórico, proyecto ideado por Federico Silva, Helen Escobedo y Hersua entre otros. Ahí conviven en esa área rocosa áspera, la naturaleza y una fauna que las lagartijas comandan. Ese espacio singular rodea a la “Neza”, sala de conciertos en la cual se han presentado innumerables músicos de jazz: Dexter Gordon, Ron Carter, Calt Tjader, por mencionar solo algunos, será el recinto para que el próximo 22 de septiembre el gran guitarrista Pat Metheny (Estados Unidos, 1954) haga sonar su guitarra como a él le gusta: a todo lo que da, y si la suerte nos alumbra lo veremos tocar con su guitarra Pikass de cuarenta y dos cuerdas. El poeta !ezahualcoyotl llegará de aquellos rumbos de Texcoco, no se quiere perder esta audición que será para la historia.
Germán Montalvo
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Leer másWilliam Claxton nació en Pasadena en 1927 y desde joven encontró en la cámara su instrumento de exploración. Su nombre quedó ligado al jazz de los años sesenta, cuando retrató a músicos como Chet Baker y a toda una generación que transformaba el sonido y la cultura estadounidense. Sus imágenes no buscaban adornos, más bien capturaban momentos crudos, casi documentales, que hoy son parte de la memoria visual del jazz.
Claxton no se limitó a los escenarios musicales. También dirigió su lente hacia actores como Steve McQueen, modelos y celebridades que marcaron el imaginario popular. En 1967 sorprendió al realizar Basic Black, pieza considerada el primer “video de moda”, con música compuesta en sintetizador Moog por David Lucas. El proyecto fue adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, confirmando el carácter innovador de su trabajo.
En lo personal, contrajo matrimonio en 1960 con la modelo Peggy Moffitt, figura clave de la moda experimental de aquella década. Juntos tuvieron un hijo, Christopher, nacido en 1973. Claxton falleció en Los Ángeles en 2008, un día antes de cumplir 81 años, a causa de complicaciones cardíacas. Su legado permanece como un registro visual imprescindible de la cultura del siglo XX.
No cabe duda que entre el jazz y el diseño hay una hermandad. Sobre todo cuanda libertad e improvisación se juntan los resultados son de excelencia. Así lo muestra el trabajo de Thomas Couderc y Clément Vauchez del estudio HELMO, en Montreuil, Francia. Desde el año 2002, HELMO diseña el cartel y la imagen para el Jazzdor Festival, que s organiza en Estrasburgo, Francia. Este mes se publicó el libro Look at Jazz, con una selección de carteles del Jazzdor, diseñados entre 2019 y 2024. El trabajo de estos dos diseñadores muestra el poder a través del color, la sobre posición de imágenes, las texturas y tipografías agitadas, para sugerir ritmos visuales cercanos a la atmosfera de libertad sonora del jazz. La imagen del cartel está tomada para aplicarse al programa general, boletos y anuncios electrónicos entre otros. El Jazzdor es una muestra sólida de cómo una imagen puede llevarse a diferentes soportes para su promoción, pero al mismo tiempo es el registro de un acontecimiento cultural que en el futuro mostrará: quiénes, dónde, cuándo y a qué hora formaron parte de este gran suceso cultural Ilamado Jazz. Germán Montalvo.
Miércoles 3 de septiembre en Sibarita, el aire olía a vino y mesa de madera. Abel Quiroz dejó caer las primeras notas de “Blue Monk”, cada acorde pesado como una máquina oxidada encendiéndose. Aurelio Contreras sostuvo el pulso en el contrabajo, líneas profundas que parecían salir de un sótano inundado, mientras Lorenzo Luna soplaba el saxofón como si quisiera abrir un agujero en la pared.
El público, eran un montón de sombras repartidas, mirando en silencio, atrapado en el vaivén de esa música que parecía deslizarse por debajo de las mesas. Siguió “Darn That Dream”, sueño roto, casi un espejismo, el piano flotando como humo espeso.
Cerraron con “All the Things You Are”, pero no sonaba como un cierre, sino como un portal abierto: saxofón desgarrado, contrabajo golpeando el piso, piano insistente. Jazz vivo, inquieto, respirando aunque nadie lo controle. Un exorcismo breve, eléctrico, necesario.
Miles Jazz Club nace para que los amantes del jazz, los músicos y quienes gustan de este género musical, tengan un espacio en donde se puedan compartir artículos, música e información que permita preservar al jazz y lo que significa para quienes disfrutamos de este gran movimiento musical.”
Es por esto que nace la idea de hacer este club sin fines de lucro y al alcance de todo aquel que quiera integrarse a éste, para fomentar el compañerismo entre los artistas del jazz y que el público en general, pueda formar parte de este proyecto.
Bienvenidos todos al Miles Jazz Club.