El Vibrante Mundo de Aarón Cruz: Colores, Sabores y Sonidos de la Ciudad de México
Aarón Cruz, reconocido contrabajista mexicano, ha trazado una carrera fascinante que abarca desde sus humildes comienzos autodidactas hasta convertirse en un referente del jazz. En una reciente entrevista para el libro “Jazz y la Ciudad de México”, Cruz comparte su perspectiva sobre la capital mexicana, revelando cómo los colores, sabores y sonidos de la ciudad influyen en su música y su vida diaria.
Los Colores de la Ciudad
Para Cruz, la Ciudad de México es un espectáculo de colores que contradice la percepción común de las urbes como lugares grises y sombríos. Describe la ciudad como un espacio vibrante y lleno de vida, donde los atardeceres ofrecen un espectáculo visual impresionante, especialmente después de los temblores que han sacudido la ciudad. La altura de la capital, dice, permite que el cielo sea de un azul profundo y puro cuando el aire no está contaminado.
Cruz también destaca la vista aérea de la ciudad durante la primavera, cuando los árboles florecen y transforman el paisaje urbano en un mosaico de colores. Esta paleta no se limita a lo visual, sino que se extiende a una percepción más amplia de color que abarca todas las experiencias sensoriales de la vida en la Ciudad de México.
Los Sabores de la Ciudad
La Ciudad de México, según Cruz, es un lugar de sabores agridulces que reflejan la diversidad y complejidad de su cultura. La gastronomía local, rica en especias y variedad, ofrece una gama de experiencias desde los moles más exquisitos hasta los tacos callejeros, pasando por los chiles en nogada y los dulces tradicionales.
Cruz señala que esta riqueza culinaria se compara con la variedad de emociones que uno puede experimentar en la ciudad. Al igual que los alimentos, la vida en la Ciudad de México puede ser dulce o amarga, dependiendo de las circunstancias personales de cada habitante. Esta diversidad de sabores es un reflejo de la historia y la evolución de la ciudad y de sus habitantes.
Los Sonidos de la Ciudad
El sonido de la Ciudad de México es una mezcla compleja que incluye tanto la música como el ruido cotidiano. Cruz menciona que la ciudad está llena de música: los vendedores ambulantes, los camoteros, los recolectores de basura y los repartidores de gas todos tienen sus propios cantos y sonidos característicos que contribuyen a la sinfonía urbana.
Además de estos sonidos, la ciudad está marcada por el ruido del tráfico, los aviones y las alarmas de los autos, todos los cuales forman parte del paisaje sonoro que define el carácter de la capital. Los temblores, un fenómeno común en la región, también añaden su propio estruendo a la mezcla, creando una banda sonora única y distintiva para los habitantes de la Ciudad de México.
Cruz subraya que, a pesar de los elementos ruidosos, hay una musicalidad intrínseca en la vida diaria de la ciudad. Los habitantes, dice, tienen una tendencia a chiflar y escuchar música a alto volumen, lo que añade una capa adicional de sonido a la experiencia urbana. Este contraste entre el ruido y la música es parte de lo que hace que la Ciudad de México sea un lugar tan especial y vibrante para vivir y crear música.
En resumen, Aarón Cruz ofrece una visión rica y matizada de la Ciudad de México, una urbe que para él es un lugar de infinitos colores, sabores y sonidos. Su perspectiva no solo refleja su experiencia personal como músico y residente, sino que también captura la esencia de una ciudad que sigue siendo un crisol de culturas y experiencias sensoriales.