“Arráncame la vida”: Sin machos y sin caudillos, así es como se debe vivir

Por ahí del 2008 se filmaba en Puebla uno de los clásicos del cine mexicano, de la misma altura que Los Olvidados (1950) de Luis Buñuel, Macario (1960) de Roberto Gavaldón, o El esqueleto de la señora Morales (1950) de Rogelio A. González. Una película que adapta la novela homónima de Ángeles Mastretta, bajo la direccción de Roberto Sneider. Arrancame la vida, es una de las películas obligadas para todos los mexicanos, una obra que se niega a envejecer ya que trae a la conversación temas como lo son el machismo, la violencia psicológica en un matrimonio, la libertad femenina, la corrupción, y la tiranía disfrazada de democracia. Una película adelantada a su tiempo, y que tiene el privilegio de contar con una de las mejores actuaciones del enigmático Daniel Giménez Cacho

Situada en un México de los años 30 postrevolucionario, la película narra la vida de Catalina Guzmán (Ana Claudia Talancón) quien verá como su vida poco a poco se apaga cuando conoce al psicopata, manipulador y narcisista, Andrés Asensio (Daniel Giménez Cacho), un general de alto rango que luchó en la Revolución Mexicana, y que es conocido por abusar de su poder, matando a quien se le ponga en su camino. Sneider durante toda la película desarrolla la relación de Catalina y Andrés, una relación que nace del “amor”* y que poco a poco se va tornando en un matrimonio violento, donde Catalina es victima del abuso psicológico y del machismo desmedido de Andrés.

*Que más bien sería abuso estatutario, ya que Andrés cuando conoce a Catalina, tiene apenas 15 años y él es un hombre de más de 30. Aunque Catalina se enamora de Andrés y consiente todos los contactos físicos y sexuales, ella es una victima de su contexto histórico y cultural. Ya que en aquel entonces, hombres de la edad de Andrés podían desposar a adolescentes con el consentimiento de sus padres. Afortunadamente estas prácticas ya no se dan tan amenudo en nuestro país. Invitamos a todas las personas que nos leen que, no permitan que se fomenten los matrimonios forzados dentro de su comunidad, ni mucho menos la violación estatutaria (conocida actualmente como Grooming). Si presencian alguna de estas prácticas los insitamos a denunciar ante las autoridades correspondientes.

La relación entre ficción y realidad

Arrancame la vida es ficción, en la vida real no existió ningún caudillo Andrés Asensio que fue gobernador de Puebla. Muchos criticos de la novela literaria, intuyen que este villano fue inspirado en el Maximino Ávila Camacho, hermano del expresidente Manuel Ávila Camacho, quien fungió como gobernador de Puebla entre 1937 y 1941, y gobernó Puebla con mano dura y autoritaria, siendo furiosamente antiizquierdista (como el propio Andrés durante la película). Sin embargo, Giménez Cacho confesó que el contruyó su interpretación, basandose en otro personaje deleznable de la historia mexicana, Gonzalo Natividad Santos Rivera.

“La moral es un árbol que da moras”

Frase popularizada por Gonzalo Natividad Santos Rivera, mejor conocido como Gonzalo N. Santos, una figura dominante en la política mexicana del siglo XX. Nació en Tampamolón Corona, San Luis Potosí, en 1897, se unió a la Revolución Mexicana desde muy joven y alcanzó el rango de general brigadier en el ejército constitucionalista. A partir de 1921, comenzó su carrera política como diputado federal, destacándose como un ferviente seguidor del presidente Álvaro Obregón.

Durante su tiempo como gobernador de San Luis Potosí, de 1943 a 1949, Santos implementó un enfoque autoritario y consolidó su poder, controlando no solo el estado, sino también a sus sucesores políticos. Fue conocido por su dura represión de opositores y su mano férrea sobre la política local. Utilizando al ejercito mexicano para reprimir a las masas que se atrevieran a manifestarse en su contra, provocando así muchas matanzas.

Empecé a volverme una mujer que va de las penas a las carcajadas sin ningún trámite…

Catalina, al principio de la película, es ingenua, y carece de experiencia, pero, tiene mucha curiosidad por el mundo, tenía muchas ganas de que le pasaran cosas. Esto es aprovechado por Asensio, practicamente se casó con ella sin ningún esfuerzo, ya que incluso su familia no puso reparos en ello. Durante la película y la novela, Asensio nunca agrede de forma física a Catalina, todo el maltrato que ejerce sobre ella es psicológico, insultando su inteligencia, siendole infiel, trayendo a vivir con ellos a los hijos que tuvo con sus otras mujeres haciendo que Catalina los cuide, o asignandole cargos dentro de su gabinete pese a que Catalina ya tiene mucho trabajo como ama de casa, como madre y carece de experiencia en esos temas.

Catalina se enamora de Carlos Vives, un hombre que es el opuesto de Andrés, no solo en ideales políticos, sino en actitud. Carlos es un director de orquesta que trata con cariño y lo más importante, con respeto, a Catalina. Aunque al principio puede parecer que es duro con ella por practicamente decirle la verdad a la cara y señalarla como complice de Andrés, esto solo demuestra que la ve como una mujer inteligente, a la que no necesita esconderle nada, ni hablarle como si no entendiera sobre la política del país.

Andrés se termina dando cuenta de que Catalina ama a Carlos, pero, esto no lo inquieta, de hecho en ningún momento parece afectarle en lo más minimo. Del único que se preocupa Andrés es de si mismo, y en el momento que decide deshacerse de Carlos, es cuando él da un concierto en Cholula, territorio de Andrés, y cuando Carlos le dice en su cara que el tiempo de los caudillos ha terminado.

El asesinato de Carlos por ordenes de Andrés fue la gota que derramó el vaso para que Catalina se decidiera matar a Andrés, eso, y el ver como su hijastra Lilia se unía en un matrimonio arreglado carente de amor, solo para satisfacer los intereses políticos de su padre. Cuando Andrés es envenenado y está en su lecho de muerte junto a su mejor mujer, es en ese momento donde Andrés por primera y única vez, es honesto con Catalina, diciendole que todas sus propiedades están a su nombre, y que tenga cuidado porque sus otras mujeres e hijos le iban a reclamar, hablandole de todos ellos y Catalina al final solidarizandose con ellos y ellas, dandole a cada quien lo que le corresponde.

Estaba sola, nadie me mandaba. Cuántas cosas haría, pensé bajo la lluvia a carcajadas. Sentada en el suelo, jugando con la tierra húmeda que rodeaba la tumba de Andrés. Divertida con mi futuro, casi feliz.

Éxito y recepción

Desde su estreno, Arráncame la vida se consolidó como un éxito en taquilla, logrando recaudar 75 millones de pesos y atrayendo a más de 2.5 millones de espectadores en su primer fin de semana. Este éxito le permitió también posicionarse como una de las películas mexicanas más taquilleras de todos los tiempos.

Además del reconocimiento del público, la película recibió múltiples galardones. En la entrega de los Premios Ariel de 2009, fue premiada en varias categorías, destacando el guion adaptado de Roberto Sneider y Ángeles Mastretta, así como el diseño de arte y vestuario. En los Premios Canacine, se llevó el reconocimiento a la mejor película, mejor actor para Daniel Giménez Cacho y mejor actriz para Ana Claudia Talancón.

Un retrato fiel

Arráncame la vida ha sido elogiada por la crítica como una adaptación fiel a la obra literaria de Mastretta, capturando con precisión el espíritu y las tensiones emocionales de los personajes. La película también ha sido apreciada por su cuidada producción, desde la ambientación hasta el vestuario, que lograron transportar al espectador al México de los años 30.

Este filme no solo representa un hito en términos de producción cinematográfica, sino que también ofrece una reflexión profunda sobre el poder, el control, el feminismo y la lucha por la libertad individual en un contexto marcado por el machismo, y la represión política y social.