Jazz Mexicano

Agustín Lara: El Flaco de Oro que Cautivó Corazones

Nacido en el misterio, envuelto en el encanto de sus boleros, Agustín Lara sigue siendo una figura insigne de la música mexicana. Su vida, llena de pasiones, mitos y controversias, refleja la complejidad de un hombre que, a través de su arte, se convirtió en uno de los compositores más queridos de América Latina.

De Agustín Lara a Peso Pluma - Plaza de Armas | Querétaro

Orígenes en la Bruma del Tiempo

Aunque Agustín Lara aseguraba haber nacido en Tlacotalpan, Veracruz, el 1 de octubre de 1900, la realidad de su origen no acaba de estar del todo clara. Investigaciones realizadas por el periodista Jaime Almeida en 1970 revelaron que en realidad nació en la Ciudad de México, el 30 de octubre de 1897. Esta contradicción entre la leyenda y la realidad no hace más que aumentar el misticismo que siempre lo rodeó. Otros relatos sugieren que pudo haber nacido en Tlatlauquitepec, Puebla, lo que hace que nos preguntemos “¿Hay algo que los poblanos no hagamos bien?”.

Desde muy pequeño, Lara se sumergió en el mundo de la música, descubriendo su talento para el piano mientras vivía con su tía Refugio en la Ciudad de México. A los 12 años, ya trabajaba en clubes nocturnos, usando la música como medio de escape y sustento. Estas experiencias tempranas moldearon su estilo musical, que más tarde lo llevaría a la fama.

Agustín Lara - Wikipedia, la enciclopedia libre

El Surgimiento de una Estrella

En 1930, Agustín Lara comenzó a ganar notoriedad a través de la radio con su programa “La hora íntima de Agustín Lara”. La prisionera”, su primera canción registrada, marcó el inicio de su carrera que incluiría composiciones icónicas como “Solamente una vez”, “Veracruz” y “María Bonita”, esta última dedicada a su esposa, la célebre actriz María Félix.

A pesar de su éxito, la vida de Lara siempre fue controvertido. En 1937, fue acusado de plagio por intentar registrar la canción “Quisiera Decirte” como propia. Además, algunas de sus letras, como las de “Aventurera” y “Palabras de mujer”, causaron revuelo moral en una sociedad conservadora, lo que lo obligó a modificar algunas de sus composiciones para evitar mayores críticas.

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El Hombre Detrás del Mito

Más allá de la música, Agustín Lara fue un hombre apasionado, especialmente por los toros, donde encontró amigos y admiradores en toreros como “Manolete” y Silverio Pérez. Su afición quedó inmortalizada en un pasodoble que compuso en honor a Pérez y en la barra que lleva su nombre en la Monumental Plaza de Toros de la Ciudad de México.

Una característica física notable de Lara era la cicatriz en su mejilla izquierda, resultado de una pelea con una corista llamada Estrella en 1927. Este incidente no solo marcó su rostro sino también su imagen pública, lo que lo llevó a tener esta imagen bohemia del “músico poeta” como alguien profundamente marcado por la vida y el amor.

Retrato de Agustín Lara - 3 Museos

Legado y Decadencia

El deterioro de Lara comenzó a notarse a finales de la década de 1960. Una caída en su hogar, que le fracturó la pelvis, fue el inicio de un rápido declive en su salud. En noviembre de 1970, Lara cayó en coma debido a un derrame cerebral y falleció el 6 de noviembre de ese mismo año. Su muerte dejó un vacío en el mundo de la música, pero su historia sigue viva en cada canción que compuso.

Hoy en día, Agustín Lara es recordado no solo por su música, sino por su aporte a la cultura mexicana. Su vida, llena de pasión y controversia, sigue siendo objeto de admiración y estudio, reflejando la grandeza de un hombre que, a través de sus canciones, logró capturar el alma de su tiempo.

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