Jazz Flamenco, un género que ni sus exponentes saben que existe
Un estilo que no tiene ni 40 años de existencia (o al menos es lo que se piensa), un género del que es probable que no hayas oído nada, porque sus creadores no han exigido sus nombres en las páginas de los libros de historia, ni mucho menos en las galas de los Grammy. Una música que no sabe ni para qué lado de la balanza inclinarse más, si por el Jazz o por el Flamenco. El Jazz Flamenco es más real de lo que piensas, y esta chica con problemas de identidad es más interesante y dulce de lo que se puede ser.
El Negro Aquilino, y su paso por España
Como casi todo lo bueno, sus orígenes se remontan cuando El Negro Aquilino (saxofonista cubano muy famoso en España entre 1932 y 1940, conocido por llegar al flamenco a través de su saxofón) y Fernando Vilches se unieron con Ramón Montoya y el Niño Sabicas para sacar música, hasta que, al igual que muchos artistas durante la dictadura de Franco, fueron silenciados frente al magisterio de Montoya y Sabicas.
Ahí es cuando llega a la historia Pedro Iturralde, compositor y saxofonista español que llevó este estilo a los escenarios en los años 60, cosa que Aquilino no consideró prudente en su momento. Para sus álbumes contó con la participación de Paco de Algeciras, que si no te suena es porque ese era el seudónimo que usaba el virtuoso guitarrista Paco de Lucía, que por razones de contrato no podía prestar su nombre para los créditos del álbum.
Jerry González
Nació en Nueva York el 5 de junio de 1949 en el barrio latino del Bronx. El músico estadounidense de ascendencia latina, admirador de Miles Davis y de Dizzy Gillespie, logró unirse a las filas de la banda de Dizzy en los primeros años de los 70. Durante los 80, Jerry formó su propia banda, la Fort Apache Band, junto a su hermano Andy González. Y es así cuando logra obtener más reconocimiento, lo que lo llevó a aparecer en Calle 54, el documental de Fernando Trueba en el que actúan muchos más exponentes del Latin Jazz como Paquito D´Rivera, Michel Camilo, Eliane Elias, etc.
Cuando ya se había hecho un nombre gracias a su trayectoria y al documental, viajó a España porque le comenzaron a llover muchas ofertas para tocar en los auditorios más importantes. Fue por eso que decidió establecerse y vivir en Madrid para seguir tocando allí con regularidad y trabajar con otros artistas como el astro argentino Andrés Calamaro. Gracias a esto, poco a poco fue fusionando el flamenco tradicional español con su jazz, y esto lo llevó a estrenar discos como “Jerry González y los piratas del flamenco” (2004), que incluía las participaciones de el Niño Josele o Diego “El Cigala”.