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En Memoria: El Legado Musical de Wilbur James “Jimmy” Cobb Perdura en el Tiempo

Dentro de la vibrante historia del jazz, el latido rítmico de Wilbur James “Jimmy” Cobb sigue siendo una cadencia indeleble y resonante. Nacido el 20 de enero de 1929, la travesía musical de Cobb comenzó en el corazón de Washington, DC, donde perfeccionó su arte junto a luminarias como Charlie Rouse, Frank Wess y la icónica Billie Holiday.

Saliendo de su ciudad natal en 1950, Cobb emprendió una odisea musical

Colaborando con Earl Bostic y dejando una huella en sus primeras grabaciones. Su viaje melódico continuó entrelazándose con las melodías de Dinah Washington, Pearl Bailey, Clark Terry, Dizzy Gillespie y Cannonball Adderley.

Sin embargo, fue en 1957 cuando Cobb encontró su verdadera resonancia armónica al unirse al legendario Miles Davis. Junto con Paul Chambers y Wynton Kelly, formaron una sección rítmica que resonaría en los anales de la historia del jazz. Su crecimiento colaborativo produjo obras maestras como “Kind of Blue”, “Sketches of Spain” y “Someday My Prince Will Come”.

Al dejar la banda de Davis en 1963, Cobb continuó su expedición musical en un trío con Chambers y Kelly

Solo para luego acompañar al inigualable Sarah Vaughan durante nueve años llenos de soul. Como espíritu libre del jazz, la versátil percusión de Cobb encontró armonía con un espectro de artistas, desde Sonny Stitt hasta Nancy Wilson.

Su primer trabajo solista

En 1986, Cobb saltó a un nuevo capítulo, lanzando su primer CD y video musical para la red A&E. Un crescendo creativo siguió en 2006 cuando Branford Marsalis orquestó una sinfonía para honrar el 75 cumpleaños de Cobb, un hito grabado en la serie Marsalis Music Honor.

En el crepúsculo de su ilustre carrera, el ritmo de Cobb continuó tejiendo su magia. Álbumes como “New York Time”, “Cobb’s Corner” y “West of 5th” mostraron su duradero poder, con colaboraciones tanto con veteranos como Cedar Walton y Hank Jones, como con talentos emergentes como Christian McBride y Roy Hargrove.

Un virtuoso que nunca se fue

No contento con simplemente dejar un legado musical en grabaciones, Cobb cruzó el globo con la banda “So What”, conmemorando 50 años de “Kind of Blue” y rindiendo homenaje a la música atemporal de Miles Davis. Sus enseñanzas rítmicas se extendieron más allá de las actuaciones, enriqueciendo las mentes de músicos aspirantes a través de clases magistrales en instituciones respetadas como la Universidad de Stanford y la New School for Jazz.

A medida que su última melodía se desvanecía, recordamos no solo a un maestro del ritmo sino a un guardián del alma del jazz. Sus latidos pueden haber cesado el 24 de mayo de 2020, pero la resonancia de su virtuosismo continúa haciendo eco en los pasillos del jazz, inspirando a generaciones por venir.

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